Siyokoy – Dios de la Mitología Filipina (Wikipedia)

Siyokoy es un dios de la mitología Filipina con forma de sirena. Las criaturas del mar que tienen una forma humana y cuerpos escalados. El Siyokoy es la contraparte masculina de la Sirena.

Las extremidades inferiores de un Siyokoy filipino pueden ser una espina de pescado o bien pies escalados en las piernas y reticulados. Podían también tener tentáculos largos, verdes. Ahogan a mortales para el alimento. Siyokoys tiene branquias y se colorea marrón o verde, tiene la piel escamada, comparable a la de un pescado.

Y muchos os preguntareis… y que tiene que ver esto con Filipinas, un viaje y demás?.. Seguir leyendo y en el transcurso de este relato lo entenderéis.

Y en mayúsculas. Todos los relatos acostumbran a dar las gracias al final de los mismos, pero en este caso quiero darlas al comienzo, gracias a aquellos que pensaron y contaron con SENSACIONES para este viaje, gracias a la maravillosa gente que conocimos durante el mismo, gracias al pueblo filipino, gracias a los resorts, hoteles, restaurantes y demás sitios donde estuvimos y nos acogieron con una excelente atención, mimo y cuidado, y por supuesto gracias a esas personas que conocí, gente como Perla Primicias, Hernan Narvadez, Paloma Torres, Carlos Trabal, compañeros del viaje y otros que nos acompañaron durante este maravilloso viaje a lo que considero “El paraíso”, y para que lo entendáis, comenzaré a relataros esta experiencia.

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Comencemos…..

Corría el día 29 de Abril cuando recibo un email indicándome que SENSACIONES había sido seleccionada por el Gobierno de Filipinas para un Fun Tryp (si es que se escribe así) para promocionar el turismo en Filipinas junto a los principales medios de comunicación y prensa españoles.

La verdad es que pensé que era uno de esos mensajes que te suelen enviar de, ha sido elegido para disfrutar de una estancia en un hotel, en un maravilloso apartamento, etc.etc.. E iba a borrarlo inmediatamente, cuando al ver que abajo había un teléfono, decidí llamar para ver que pasaba.

Pensaba que era algún amigo mío de Madrid, pues el teléfono indicaba que era de allí de donde provenía.

Llame, esperando que saliera alguna oficina de algún cliente, o bien alguien que me dijera que me equivocaba y que allí no sabían nada de eso, cuando de repente me contesta una voz muy agradable y me dice: “Embajada de Filipinas… digame”… La verdad es que en ese momento me quedé sin voz o un tanto cortado, cosa no habitual en mí, pero no sabia que decir, entonces le expliqué a la señorita que había recibido un email donde decían que me invitaban a disfrutar de una estancia en Filipinas, y bla..bla..bla.. A lo que ella me contesto: “Pero con quien desea hablar?”.

Sin saber que contestar le dije… “Lo firma el embajador”… y va y me dice.. “le paso”… imaginaros, de golpe me quedé nuevamente bloqueado, no sabia si la estaba cagando, si era lo correcto o que estaba pasando, la situación me superaba, aunque menos mal que salió una voz de una chica y me dijo nuevamente “Que desea”..

Yo le expliqué nuevamente lo del email y ella me corroboró que era correcto y que era real, y que me pasaría el teléfono de una empresa que se iba a encargar de la organización… Podréis imaginar que a esas alturas, yo ya no sabia que pensar.

Pues bien, contactado con la responsable de la empresa la Srta. Paloma Torres de Below The Line (empresa especializada en montar eventos, promociones, etc.), me explicó todo el planing del viaje, escalas, vuelos, etc.etc.etc.

Con todos los datos que obviaré por no hacerlo muy pesado, partimos el día 19 hacia Manila, vía Ámsterdam. Allí nos encontraríamos el grupo que salía de Barcelona y el que salía de Madrid para tomar un vuelo KLM hacia Manila.

Llegamos a Manila, ya el día 20 (1+) un tanto cansados ya que además de las horas de vuelo, había que contar la escala desde Barcelona a Ámsterdam, pero ilusionados por lo que íbamos a encontrar. Allí nos recibieron amablemente, fuimos a desayunar y luego nos dirigimos al aeropuerto nacional de Manila, donde cogeríamos un vuelo interno hacia Cebú.

La llegada a Cebú fue de aquellas de películas, nos recibieron, nos colgaron unos colgantes típicos como forma de bienvenida y proseguimos nuestro viaje.

La verdad es que todavía no habíamos podido disfrutar de los encantos de Filipinas y sus islas, eso se iba a hacer esperar, pero no mucho puesto que a partir de ese momento comenzó el viaje en cuestión.

Durante todo el viaje, nos acompañó la Sra. Perla Irene Primicias Benito, una fantástica persona y mujer que nos hizo disfrutar del viaje ofreciéndonos su apoyo y conocimiento del país de la mejor forma posible y hasta limites fuera de los estrictamente protocolarios, como más adelante veréis.

Filipinas.. Un maravilloso país de contrastes donde nada te deja impasible

Después de hacer una ruta en autobús donde se nos iban explicando diferentes datos sobre las islas, la isla de Cebú, la ordenación del territorio filipino con sus miles de islas y variados temas de carácter cultural y social llegamos a nuestro primer hotel, el Shangri-La’s Mactan Resort & Spa.

Allí me dividí del grupo, ya que unos fueron a hacer turismo “terrestre” por la isla, mientras yo opté por realizar un par de inmersiones en los fondos de la isla, justo delante del resort donde estaba lo que denominaban el santuario marino, que no era mas que la zona de buceo del propio resort, delimitada y acotada correctamente.

El Shangri-La’s Mactan Resort & Spa es un hotel/resort de los consideramos de gama “alta”, donde se hace patente el dicho “lujo asiático”. Excelentes acabados, servicios, habitaciones, restaurantes, terrazas para comer, cenar, tomar una copa o servicios habituales de estos sitios como sus increíbles piscinas y anexos para el disfrute.

La verdad es que al principio al ver que las inmersiones serían al lado del hotel, que tampoco íbamos a ir a ningún punto en concreto, me decepcioné un poco, pero nada más lejos de la realidad, pude disfrutar de gran y variada cantidad de vida.

Hay que decir que las inmersiones las realicé nocturnas, ya que hice 2 seguidas, y en ambas el sol ya había desaparecido, con lo cual la idea de poder encontrar peces y vida diurna evidentemente desaparecía.

Fotografías en el Shangri-La’s Mctan Resort & Spa

Después de las 2 inmersiones, limpié todo el equipo de fotografía, (ya que de buceo no me había llevado nada al viaje más que un traje licra proporcionado por la cadena de tiendas de buceo “Casco Antiguo”) y me fui al hall del hotel a esperar al resto del grupo tomando algo en el bar.

Una vez llegaron ellos del tour por Cebú, nos explicamos como había ido todo, yo mi parte submarina y ellos su parte terrestre para luego proceder a disfrutar de una excelente cena, donde poder elegir entre un enorme bufete de alimentos todo aquello que podáis imaginar para disfrute del paladar y los sentidos del estómago.

De ahí a una pequeña charla y a dormir, ya que el cansancio desde que había salido de Barcelona, sumado a las 2 inmersiones, hacían mella en mí.

El centro de buceo del hotel, en un enclave espléndido

De Cebú a BOHOL.

El día 21, salimos del Resort bien de mañana dirección al puerto de Cebú para tomar el Fast Ferry que nos llevará a Tagbilaran.

El viaje en el autobús nos permitió contemplar el día a día de la gente de Cebú, gente por todos lados, los típicos taxis con extremados colores, esas moto taxis que llevan a montón de viajeros, una familia entera a bordo de una motoccicleta, y otra variedad de situaciones nos hicieron ameno el paseo hasta la llegada al puerto de Cebú para pillar el Super Cat que nos trasladaría a Bohol.

El viaje en el Super Cat, una especie de catamarán rápido se realiza en aproximadamente 1,45h. La acomodación en el barco es en butacas, y no está permitido salir fuera por temas de seguridad aunque gracias a la ayuda de Perla y Hernan, pudimos asomarnos para tirar un par de fotografías.

Después del rápido viaje, llegamos a Bohol donde ya nos estaban esperando nuevamente con un detalle/colgante típico y comenzar un precioso tour turístico por la isla, donde visitaríamos lugares tan emblemáticos como la propia ciudad, llena de moto taxis con sus “obligatorias” inscripciones religiosas en la parte de atrás. Cierto, se ve que todos ellos tienen que llevar una frase de la biblia para poder tener el permiso de circulación. Es precioso ver esa ingente cantidad de mini vehículos con sus vivos colores circulando por todas partes.

En medio de tanto colorido provocado por los taxis de colores, visitamos la iglesia de Tagbilaran. Hay que hacer mención que el pueblo filipino es un pueblo muy creyente, devoto y practicante.

Visitamos la conocida obra del “pacto de sangre” de Bohol, donde en tiempos de Miguel López de Legazpi, allá por el siglo XVI, el sultán Sikatuna selló un pacto de sangre con el español que los hermanó de por vida.

Una obra ubicada frente al mar en un enclave precioso y lugar de paso obligado para todo aquel que desee hacer un tour turístico por la isla de Bohol.

Bohol pertenece al grupo de islas centrales llamado «Visayas», formando uno de los tres grandes bloques de Filipinas. Luzón al norte, Bisayas en el centro, y Mindanao al sur. Se la tiene por una tierra tranquila que siempre recibió con hospitalidad al foráneo que arribaba en sus costas.

Después del pacto de sangre, nos fuimos a visitar la iglesia más vieja de toda la isla y según dicen de Filipinas, una construcción muy antigua que conserva el encanto de los tiempos de los españoles, donde nos atendió el precepto de la misma y donde pudimos observar y contemplar cantidad de objetos y obras de la época.

Como podéis ver en las imágenes, la iconografía está muy conservada, y el valor que tiene para la gente de allí esta iglesia y su contenido es muy grande. Como no, un típico taxi/bus ó jeepneys como les conocen allí, además de las típicas fotografías con otros compañeros del viaje en un entorno precioso y con un mar color turquesa de fondo.

Después de esta visita, nos dirijimos dirección al Rio  “Loboc”, donde ibamos a disfrutar de un fantástico crucero por el mismo, mientras comiamos a bordo de un típico barco fluvial y nos regalaban los oidos con bonitas canciones de la zona… algo que hay que vivirlo pues fue uno de los momentos más SENSACIONES del viaje.

Durante este trayecto disfrutamos de cosas como las construcciones tipicas de la epoca de conquista española, o bien una casa donde todo se fabricaba con caucho de neumáticos de coches, ciertamente super interesante.

Durante el transcurso del trayecto al río Loboc, disfrutamos de una compra-venta tradicional de pescado por lugareños, así como paisajes y lugares que invitaban a quedarse allí.

Y bueno, así transcurrió la ruta de camino al río Loboc, donde nos esperaba un barco fluvial exclusivamente para nuestro grupo y una experiencia como pocas había disfrutado antes en un viaje… pero eso, lo dejamos para la próxima entrega, en el número 18 de SENSACIONES.

Como anticipo, alguna foto de lo que fue el paseo por el rio Loboc.

.. CONTINUACIÓN ..

Y bueno, tal y como comentaba en el capítulo anterior, nos dirigimos al rio LOBOC para disfrutar de una agradable comida. La verdad es que la idea prefijada en mi mente era una comida en algún tipo de restaurante junto al rio, pero nada más alejado de la realidad. Llegamos a un embarcadero donde se ubicaban varias embarcaciones habilitadas como comedores flotantes y tal y como llegamos nos asignaron una de forma exclusiva para nosotros… era sólo el anticipo de un lujazo de viaje por el rio lleno de SENSACIONES.

Creo que en la mente de ninguno de los que íbamos se había creado la imagen de lo que iba a ser esa comida por el rio LOBOC. Un crucero remontando el rio hasta unas pequeñas cascadas, disfrutando de una rica comida y aderezado con la gentileza y amabilidad filipina nos hizo disfrutar de algo maravilloso. Silencio, remontarse a tiempos pasados, tener la sensación de estar en una de esas películas que sobre la guerra de Vietnam tantas veces hemos visto en el cine y televisión. Un silencio, un murmullo del agua y de la embarcación roto solamente por el sonido de los pájaros y por el aderezo musical de un cantante que nos ofrecía canciones típicas filipinas.

A la vez, a lo largo del rio, nos encontrábamos pequeños poblados de gente, que ofrecían sus cantos y bailes a los turistas a cambio de alguna moneda (voluntaria), en un proyecto institucional por mejorar las condiciones de los habitantes de las orillas del rio.

Niños y mayores siempre con una sonrisa, nos alegraron en las paradas el ya de por sí, fantástico trayecto.

Una vez finalizado el crucero y después de unas risas, bailes y demás momentos divertidos durante el trayecto, nos dirigimos a visitar las conocidas “Chocolate Hills”, o colinas de chocolate que obtienen su nombre debido a que en según que temporada, cambian su color pareciendo estar realizadas de chocolate.

Son más de 1.200 mini montañas repartidas por un acotada área y que ha llegado a estar considerado como una maravilla de la naturaleza sin explicarse hoy en día todavía de donde provienen o sus origines, habiendo escritos que hablan de la mano humana, otros de casualidades del terreno, otros de influencia climatológica, etc.

La verdad es que es algo digno de ver, así como la subida al mirador que permite ver una extensa porción de las mismas y paisajes espectaculares, llenos de naturaleza y una explosión de vida sin igual.

Y bueno, bajo una suave lluvia que nos mojó en ocasiones y que cesó nada más descender de las colinas, nos dirigimos a contemplar a los Monos Tarsianos o también bautizados por mí “monos de ojos gordos”, una especie autóctona de la zona y única en el mundo. Se encuentran protegidos por el gobierno y estado en algunos santuarios repartidos por la isla y ciertamente son muy simpáticos con esos ojos. Les pudimos ver comer grillos y como posaban para nosotros o más bien ni se movían o inmutaban con nuestra presencia, a no ser que les diéramos de comer que de golpe les hacia moverse.. Jeje

Después de la divertida y original visita al monasterio de monos Tarsianos, fuimos a visitar la conocida “Casa Clarín”, una casa ancestral de la época de la colonización, un auténtico museo de la historia de Filipinas.

Fue vivienda de Aniceto Velez, gobernador de Bohol.

La casa está llena de objetos antiguos e históricos, una librería que conserva hasta un ejemplar del Mein Kampf de Adolf Hitler, entre otros libros muy antiguos.

Se encuentran en ella también los aposentos típicos de la época, cocina, departamentos y demás habitáculos que habitaban en su momento.

A su vez, las paredes de la mansión están cubiertas con gran cantidad de documentos históricos, fotografías y gran mención al héroe nacional filipino José Rizal.

Anexado a la casa hay un bonito jardín, así como un pequeño café en su parte inferior, para que los turistas que visitan la misma puedan tomar un refrigerio.

Como culminación de una jornada intensa y llena de SENSACIONES nos dirigimos a nuestro nuevo destino, donde cenaríamos y descansaríamos de un nuevo día sensacional en tierras filipinas. Esta vez nos esperaban en el Bohol Beach Club, un club de lujo de playa, donde destacar unas playas de arena blanca y aguas cristalinas, unos bungalows privados muy cómodos y donde por poner un pero, sólo hablaríamos de los mosquitos, aunque por suerte no nos afectaron a todos por igual.

Esa noche disfrutamos de una opípara y divertida cena, gracias al acompañamiento de una especie de mariachis filipinos que aderezaban con sus canciones cada mesa, cantando canciones españolas para nosotros, y típicas de otros países en base a los comensales que allí se sentaban. Por último nos fuimos a tomar una copa en el Club, junto al mar, disfrutando de ese fin de día.

Bo. Bolod, Panglao Island, Bohol 6340
Telephone Number (038) 502-9222 / 9212 to 14
Facsimile Number (038) 411-5226   (038) 502-9104

E-mail Address bbclub@mozcom.com
Web: http://www.boholbeachclub.com.ph

Como ya expliqué, nos fuimos de Bohol dirección a un destino desconocido, algo llamado “EL NIDO” en la zona de Palawan.

La verdad es que ya de por sí la idea de un avión pequeño para desplazarnos, de una zona privada del aeropuerto para los traslados al Resort, de unas condiciones de seguridad como peso limitado y demás cuestiones, hacían despertar curiosidad en mí.

En el mismo hall del “mini aeropuerto” nos recibieron los responsables y dueños del resort, y de forma muy amable nos dieron la bienvenida y procedimos después de tener que despojarnos de parte del equipaje por temas de peso del avión a subir al mismo y salir dirección al tan mencionado resort, uno de los lugares más paradisiacos que he visitado en mi vida, y he recorrido unos cuantos por Asia, Indonesia, Europa, Caribe, Africa y otros lugares del mundo.

Después de un corto vuelo (el cual pasé dormido como es habitual en mi cada vez que cojo un avión), llegamos a una isla y a un mini aeropuerto donde nuevamente fuimos recibidos con la cordialidad, amabilidad y simpatía habitual durante todo el viaje de la gente filipina.

Allí estuvimos esperando durante unos minutos hasta proceder a embarcarnos en una embarcación que nos trasladaría hasta la isla donde se encontraba el resort, lo cual todavía añadía más curiosidad al momento.

Después de una tan inolvidable velada y de un día con tantas intensas SENSACIONES como comprenderéis sólo me quedaba irme a dormir e intentar descansar, lo cual realicé con mucha facilidad agotado de tanto viaje, inmersión, cena y  por supuesto soñando con todo lo vivido hasta el momento en creo uno de los mejores, sino el mejor viaje que en mi vida he realizado.

Así hasta el día siguiente donde desde buena mañana comenzamos a disfrutar de nuevas actividades, visitas y recuerdos inolvidables en tan paradisiaco lugar.

El día siguiente estaba lleno de actividades. Yo por mi parte había quedado con el Dive Máster del centro de buceo para realizar un par de buceos, uno en miniloc, que es otro resort ubicado en otra isla cercana y del mismo dueño que Lagen, donde estábamos nosotros y el otro en un punto de buceo que la verdad ahora no recuerdo ni apunté (ya que hace mucho que no anoto mis inmersiones).

Después de mis inmersiones volví a Miniloc, donde estaba el resto del grupo disfrutando de actividades acuáticas como snorkel y el que lo quería un bautizo de buceo al que sólo se apunto el compañero  Rafa y parece ser que lo disfrutó mucho.

De ahí, nos fuimos a comer a otra paradisiaca isla, repleta de palmeras que acariciaban con sus hojas las limpias y calmadas aguas, en un enclave de arenas blancas y bañado por el sol y la tranquilidad que emanaba constantemente de todo lo que nos rodeaba.

MINILOC

Cocos naturales, un servicio exquisito, comida de lo más tradicional hasta lo más exótico nos acompañaron durante la comida en la isla mencionada.

Luego, yo me decanté por hacer un poco de snorkel y disfrutar de ese esplendido mar, mientras otros se fueron a pasear por la montaña de la isla hasta un mirador elevado que permitía contemplar toda la isla, disfrutando además de vida salvaje como monos y otros animales que aparecían durante el trayecto.

Con todo eso, luego fuimos a disfrutar de la gran laguna y de un paseo en kayak por la misma, un lugar paradisiaco apartado del mundo conocido donde te encontrabas a ti mismo.

Ya de vuelta al resort, nos cambiamos, duchamos y nos dispusimos a disfrutar de una velada con música, bailes y una sensacional mesa acompañados por nuestros anfitriones.

Tengo que decir que yo caí muerto de sueño durante unos minutos en la misma mesa debido al cansancio acumulado y a la tranquilidad y relajación que todo aquello me provocaba, lejos de mi habitual estrés e hiperactividad diarios.

El día siguiente consistió en pasear por diferentes lugares cercanos al resort, visitando grutas, cuevas y lugares increíbles, llenos de magia por un lado, o de momentos que cada cual disfrutaría a su forma, unos haciendo fotos, otros sencillamente sentándose en esas blancas arenas, otros disfrutando dentro del agua o sencillamente disfrutando del momento.

Hay que decir que siempre estuvimos disfrutando del encanto, simpatía y amabilidad de las gentes filipinas que por supuesto hacían eso todavía más inolvidable.

Nos llevaron a visitar varios lugares como decía, entre ellos una serpiente de arena como la denominaban y no era más que un camino que cuando bajaba la marea unía dos islas cercanas y te permitía ir de una a la otra por encima de ese camino serpenteante que aparecía en medio del agua.

A partir de ahí, finalizaba nuestra estancia en ese maravilloso paraje, ya en la despedida, besos, abrazos, signos de gratitud por lo vivido y partir con el total convencimiento y el deseo de volver en un futuro no muy lejano a disfrutar de ese maravilloso paraíso.

Gracias al director del resort por la maravillosa cena, a los empleados del Resort, a Apple Lima, relaciones públicas del mismo y a todo aquel que nos permitió gozar de momentos que nunca podré olvidar, y que siempre recomendaré a cualquiera que me pregunte con la total seguridad de que disfrutará de momentos inolvidables.

Quiero acabar este relato igual que lo comencé, dando las gracias a todas aquellas personas que me acompañaron durante el mismo y a todos aquellos que de una u otra forma me ayudaron a disfrutar de tantas y tantas SENSACIONES que nunca olvidaré.

gracias a aquellos que pensaron y contaron con SENSACIONES para este viaje, gracias a la maravillosa gente que conocimos durante el mismo, gracias al pueblo filipino, gracias a los resorts, hoteles, restaurantes y demás sitios donde estuvimos y nos acogieron con una excelente atención, mimo y cuidado, y por supuesto gracias a esas personas que conocí, gente como Perla Primicias, Hernan Narvadez, Paloma Torres, Carlos Trabal, compañeros del viaje y otros que nos acompañaron durante este maravilloso viaje que siempre tendrá un lugar privilegiado en mi memoria y en mi corazón.