El miedo a los tiburones
Por D. Antonio Bermejo Morales - Psicologo e instructor OWSI.
Como sabéis, hay muchas personas , incluso submarinistas, a los cuales la potencial presencia de tiburones , les generan fuertes temores.
El miedo, es una emoción necesaria para la supervivencia y que nos protege, de posibles situaciones de riesgo que podrían amenazar nuestra supervivencia.
Sin embargo, el miedo, y la ansiedad como señal de alerta que le acompaña. no siempre tiene una base racional, sino emocional, y en este sentido, muchas veces no es coincidente con la realidad externa.
En el temor a lo tiburones, a mi entender se conjuran diferentes aspectos; psicológicos, culturales y antropológicos .El miedo a ser devorado por un ser que surge de las profundidades (del mar , de la tierra, de uno mismo...) , probablemente es algo común a muchas culturas, aunque se exprese , a través de diferentes fantasías.
Los tiburones , por sus características (aspecto fiero, cierto halo de misterio, moverse en un entorno hostil o no habitual para el ser humano como es el agua, y alguna que otra anécdota real ) se configuran como animales perfectos, para dentro del imaginario colectivo , ser identificados como seres potencialmente dañinos. Hay que observar , que lo apelativos "asesino" "devorador de hombres" "bestias", etc. son habituales en los medios de comunicación.
Pero cuando racionalizamos la cuestión, decir que los tiburones son "inofensivos", está mucho más cerca de la realidad que aludir a su peligrosidad. Aunque quizás seria más certero admitir , que la mayoría de especies de tiburones son inofensivas, como podemos verificar cuando buceamos con ellos, y que solo unas pocas especies suponen un peligro real, pero que con unos protocolos de actuación determinados , dicho peligro se minimiza.
Personalmente los tiburones me fascinan , y siempre que me planteo un viaje, intento buscar un lugar donde sean frecuentes los encuentros.
Puedo comentar que bucear con tiburones es algo extraordinario, y que salvo actividades tipo "feeding“ que probablemente excite los animales, y que evito por la desnaturalización del entorno que suponen , la sensación de riesgo es inexistente.
Siempre pongo el ejemplo de los perros, los hay desde inofensivos , hasta potencialmente peligrosos, (los menos), pero incluso entorno a estos últimos hay mucho mito, y su peligrosidad viene casi siempre dada por la mano del ser humano.
Una de las cosas que pueden ocurrir en caso de existir excesiva ansiedad ante la presencia de tiburones e incluso en el caso de padecer Selacofobia (miedo intenso a los tiburones que se da en algunas personas y que les impide nadar en aguas profundas o alejarse de la costa), es reaccionar ante su presencia como reaccionaríamos ante una situación de peligro real , aunque ésta no lo sea en realidad.
En estos casos, el cuerpo se prepara para defenderse y/o salir huyendo, generando respuestas físicas (dilatación de pupilas, incremento del ritmo cardiaco, segregación de adrenalina, etc.)Es una respuesta prefijada en el organismo y absolutamente necesaria para la supervivencia, pero que si se acentúa en extremo se convierte en pánico.
Una reacción de pánico , puede en ocasiones estar ajustada a la realidad (atentados, tsunamis, posibilidad de agresión, entornos hostiles que amenazan la supervivencia..), pero es una respuesta a la desesperada ya que se prioriza la supervivencia y se obvian otros factores (recuerda las avalanchas humanas donde unos se pisan a otros en una trágica ley del más fuerte) que entraña riesgos , y donde hay un perdida de conciencia desde el punto de vista del raciocinio.
Lo importante es diferenciar el riesgo real del riesgo fantaseado, la percepción del riesgo depende de muchos factores, entro otros , los propios conflictos y fantasmas interiores , pero también las experiencias y conocimientos previos. Si paseas en una ciudad desconocida , habrá referentes , no siempre conscientes que harán saltar las alarmas (pobreza, inmigración, iluminación, marginalidad, etc.) y que probablemente y con buen criterio ocasiona tomar las precauciones adecuadas.
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En el caso que nos ocupa muchas de las erróneas informaciones entorno a los escualos, junto con la mítica película “Tiburón” que configuró una terrible imagen entorno a los mismos , pueden haber creado una imagen distorsionada en algunos submarinistas que finalmente potencien y desencadene reacciones de alarma excesiva ante la presencia de los mismos.
En el submarinismo, también al encontrarnos en un entorno no habitual, todo se complica, pero hay que saber diferenciar un estado de alerta sano y necesario ,que puede ocurrir ante la presencia de tiburones u especies potencialmente peligrosas y nos protege de ponernos en peligro, de una situación que nos incomode. En realidad es una cuestión de grado.
Si estamos incómodos el famoso PAREPIAC, no es más que una forma de desviar la atención del nerviosismo, pero hay otras, como imaginar situaciones agradables, aprender a relajarte, etc.
Si el estado de ansiedad e incomodidad persiste , sin duda hay que subir para arriba, y con posterioridad tratar de analizar y racionalizarlos hecho desde la cierta distancia .
En caso de persistir la incomodidad y teniendo en cuenta que el temor a los tiburones fuera claramente de origen fóbico-psicológico, existen técnicas para poder superarlo y poder disfrutar de inmersiones con estos fascinantes animales
Saludos
Antonio Bermejo Morales
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