Diferencias entre crisis de ansiedad y pánico
Por D. Antonio Bermejo Morales - Psicologo e instructor OWSI
Hay una cuestión que se confunde sistemáticamente, y que considero debería aclararse dada la vital relevancia que tiene en submarinismo. Se confunde muchas veces una crisis de ansiedad, con un ataque de pánico.
Muchas las experiencias que se explican en general en submarinismo, se refieren a crisis de ansiedad y pocas a ataque de pánico aunque se mencionan como tal. Va mas allá de una cuestión semántica, ya que los que han padecido esta experiencia, deben conocer que hay un grado mayor de severidad, mucho más peligroso en submarinismo, y que es, lo que en realidad es un ataque de pánico.
Un estado de ansiedad adaptativo, todos lo tenemos ante situaciones novedosas (el curso, primeras inmersiones, nuevos progresos), luego están las crisis de ansiedad, más o menos intensas , donde la persona mantiene cierto nivel de raciocinio, y puede tranquilizarse, y/o recibir ayuda, y que puede remitir, pero también puede evolucionar a un estado de pánico.
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Cuando hay pánico, hay perdida de conciencia, se desencadenan determinados fenómenos neuroquímicos con descarga masiva de adrenalina, quedando la persona fijada en conductas de supervivencia muy primarias. Lo relevante en este caso, es que tanto por pánico activo como pasivo, no hay posibilidad de retorno a la normalidad, salvo una vez fuera del agua.
En pánico pasivo, la persona corre un claro riesgo de ahogarse, en pánico activo hay una salida descontrolada con alto riesgo de bloqueo de glotis, y sobre expansión pulmonar , con riesgo añadido de accidente por nitrógeno, especialmente si buceamos profundo. La persona después de un ataque de pánico no recuerda prácticamente nada , salvo pasajes oníricos.
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Además es muy peligroso asistir a alguien en pánico, solo al alcance de personas con elevada experiencia y en circunstancias específicas (poder placarlo por detrás, tener más fuerza que la víctima y teniendo en cuenta que una persona en pánico puede desarrollar un fuera enorme) , ya que el potencial rescatador puede poner seriamente su vida en peligro.
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Mi experiencia es que las pocas personas que realmente han padecido un ataque de pánico no han vuelto a bucear.
Hay que decir que la mayoría de veces la cuestión no pasa de un ataque de ansiedad, que en si mismo, no hace abortar la inmersión, pero hay que ser cauto y no minimizarlo.
En este sentido es esencial no superar los propios límites e ir poco a poco.
Conozco excelentes y muy experimentados buzos, a los cuales pone ansiosos bucear en cuevas (alguno por alguna mala experiencia) y simplemente no lo hacen, a otros no les interesa bucear profundo por el riesgo añadido que supone.
A partir de ahí hay algunas premisas recomendables , por ejemplo, si tienes ansiedad en inmersión , y puedes controlarla, sigue buceando si quieres, incluso puede ser positivo, para no sobredimensionar el problema , pero nunca compliques más la inmersión después de un problema de ansiedad. Me refiero si te ocurre a 20 metros , sigue ahí o casi mejor si puedes sube a menor cota, si aparece corriente o cualquier cuestión que dificulte la inmersión abórtala
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En un estado previo de nerviosismo, cualquier nimiedad, (agua en la mascara, aletazo, sensación de narcosis...)puede hacer volver a aflorar la ansiedad, y desencadenar una ataque de pánico.
El control (y autocontrol) en una persona ansiosa es esencial. Hay técnicas para incrementar dicho control. Pueden establecerse unos códigos. Por ejemplo , pactar una señal de problema de ansiedad, (la clásica de problema con la mano señalando la cabeza) y se comenta que mesure su problema de 1 a 5 ,donde 5 seria el limite máximo a partir del cual abortamos la inmersión . Se dan unos valores a cada nivel 1, 2,3,4, y 5. Así el sabe que el acompañante sabe en todo momento como se siente y sabe que tiene el control y la decisión de acabar la inmersión cuando quiera, con la única premisa de que la subida sea de manera controlada.
Al tiempo el puede "auto controlarse" y medir algo tan subjetivo como sus propias sensaciones.
Saludos.
Antonio Bermejo Morales
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