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PROBLEMAS DEL BUCEO - I parte
Publicado en el nº9 de la revista SENSACIONES
INTRODUCCIÓN
Cuando se cumplen las normas de seguridad establecidas, el mar raramente suele ser peligroso para el buceador que está adiestrado adecuadamente y en forma física, que conoce las limitaciones de su equipo y que presta atención a los requerimientos específicos del buceo en diferentes condiciones ambientales.
El buceador, en su trabajo, encuentra todos los problemas comunes de la natación además de otros que aparecen cuando deja su medio ambiente, que es la atmósfera, y desciende bajo la superficie del agua.
Antes de dejar la atmósfera deberá conocer perfectamente los problemas que existen bajo el agua, cómo reconocerlos y qué hacer cuando se presenten. Esto es particularmente importante en el buceo autónomo, en el que a veces, los citados problemas suelen ir precedidos de síntomas o de avisos que permiten prevenir un peligro, por lo que no hace falta decir que esto puede salvar en alguna ocasión la vida de un buceador.
Los problemas del buceo se pueden agrupar de acuerdo con la situación en que se desarrollan. Esto permite clasificarlos de la forma siguiente:
- Problemas generales.
- Problemas del descenso.
- Problemas en la profundidad de buceo.
- Problemas del ascenso.
PROBLEMAS GENERALES
Ahogamiento
Debe considerarse como ahogado a cualquier persona que presente signos de asfixia por sumersión. Es la causa de muerte más frecuente en buceo. Puede ocurrir debido a factores personales, ambientales y/o del equipo.
Aunque en la mayoría de los casos hay aspiración de líquidos a pulmones, en un 10-15% los pulmones están secos (laringoespasmo).
El tratamiento comprende dos aspectos:
Reanimación cardiorrespiratoria: Todos los buceadores deberán dominar el método de reanimación cardiorrespiratoria. Las maniobras que antiguamente se realizaban para desalojar el agua de los pulmones, actualmente no se realizan por no tener ninguna eficacia.
Tratamiento por personal médico especializado ya que la evolución del cuadro es imprevisible en el momento del rescate, pues no se poseen los medios suficientes para la valoración exacta de su estado, ni es posible prever futuras complicaciones, por lo que se deberá evacuar a un centro médico adecuado, aunque el buceador accidentado se haya recuperado aparentemente.
El buceador deberá estar perfectamente entrenado en vaciar el agua de las gafas y tubos traqueales, en abandonar su equipo y en como reaccionar en caso de emergencia.
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Buceador enredado o atrapado
Cuando se está sujeto bajo el agua, con suministro de aire limitado, puede dar lugar a ahogamiento. Varios materiales pueden atrapar al buceador, incluyendo algas, cabos (incluso cabos de seguridad), artes de pesca.
Si está asegurado el suministro de aire, entre el compañero, la tranquilidad y un cuchillo de buceo ayudarán a resolver la mayoría de los casos.
Otitis externa
La otitis externa es una infección en el conducto auditivo externo (C.A.E.) causado por las repetidas inmersiones. Probablemente sea el trastorno médico más frecuente en buceo. El agua en que se desarrolla la infección no tiene porqué estar contaminada con bacterias para que se pueda producir otitis externa. Las repetidas inmersiones producen una maceración de la piel del C.A.E.; las bacterias normalmente presentes en el canal se multiplican dando lugar a la infección.
El primer síntoma de otitis externa es prurito y/o sensación de humedad en el oído afectado. Esta sensación progresará a dolor local cuando el C.A.E. se inflame. Puede haber afectación de los ganglios linfáticos regionales haciendo doloroso el movimiento de la mandíbula. En casos graves puede cursar con fiebre.
La mejor defensa contra la otitis externa es la prevención:
- No bucear en aguas contaminadas. En caso de ser necesario utilizar equipo adecuado.
- Enjuagar con agua limpia los oídos después de cada inmersión y secarlos posteriormente.
- Evitar rascado o limpieza de oídos por métodos inadecuados que puedan producir heridas.
- rofilaxis con solución alcohólica (p.e., solución de Burow).
- Una vez que se desarrolle otitis externa, el buceador debe interrumpir las inmersiones y ser examinado y tratado por un médico.
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Aguas contaminadas
El buceador puede estar expuesto a los riesgos de sufrir envenenamiento o enfermedad debido a los diferentes tipos de contaminantes químicos. Materiales tóxicos o escapes de combustibles volátiles pueden irritar la piel y corroer el equipo. El buceador no debe realizar inmersiones hasta que se identifique el contaminante, se evalúen los factores de seguridad y se establezca el proceso para la descontaminación.
En aguas con contaminantes por gérmenes los buceadores, cuando emplean traje húmedo, son especialmente vulnerables a infecciones cutáneas y de oídos. Pueden tragar inadvertidamente agua contaminada.
Al planificar una inmersión en agua contaminada se debe contar con trajes protectores y procedimientos médicos preventivos. Se recomienda que el equipo de buceo seleccionado proporcione la máxima protección facial y sea estanco al agua.
No bucear en aguas contaminadas si se tiene alguna herida abierta o sin cicatrizar. Realizar profilaxis de otitis externa.
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Traumatismos subacuáticos
Existe el riesgo de lesiones graves provocadas por las hélices de las embarcaciones. Ese riesgo se incrementa por la dificultad que el buceador tiene para localizar la embarcación mediante la vista o el oído.
Tampoco son infrecuentes los traumatismos craneales producidas al nadar próximo al bote. Deben manejarse con precaución los equipos pesados y herramientas cortantes para evitar golpes y heridas. |
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