PROBLEMAS DEL ASCENSO
Originados pro la disminución de presión en el organismo humano, el retorno a la superficie puede crear problemas cuyos efectos sean:
- Mecánicos o primarios.
- Fisiológicos o secundarios.
Dichos efectos pueden presentarse en diversas formas y circunstancias. Así, un aboyamiento originado por el efecto mecánico de la presión puede dar lugar a otros efectos, mecánicos (embolismo arterial gaseoso), o fisiológicos (enfermedad descompresiva). Igualmente, algunos de estos efectos pueden manifestarse varias horas después de haber llegado a la superficie.
Efectos mecánicos o primarios del ascenso.
Aboyamiento
Es uno de los accidentes más serios que pueden ocurrirle a un buzo clásico, causado por mal funcionamiento de la válvula de exhaustación, fuerte tirón del ayudante, exceso de corriente en el lugar de trabajo, pérdida de los zapatos, plomos etc.
El aboyamiento puede producir diversos accidentes tales como:
- Embolismo arterial gaseoso; éste puede ocurrir con ascensos relativamente pequeños, si se retiene la respiración.
- Enfermedad descompresiva, por aboyamiento desde profundidades de 12 metros o más.
- Heridas por choques con las carenas de los buques.
- Aplastamiento por rotura del traje por violenta expansión del aire y posterior caída a mayor profundidad.
Para evitar el aboyamiento debe efectuarse un mantenimiento perfecto del equipo, cuidar de que el ayudante esté siempre alerta, y si se produce, exhalar continuamente durante el ascenso. En caso de presentar síntomas y/o haber omitido la descompresión, el buzo aboyado será tratado como corresponda. En caso de no presentar síntomas ni omisión de la descompresión, el buzo aboyado permanecerá 1 hora en las cercanias de la cámara hiperbárica, como medida de seguridad.
Barotrauma gastrointestinal
A veces, mientras se encuentra bajo presión, puede tener lugar la formación de gases dentro del intestino del buzo, o éste puede tragar considerables cantidades de aire que son atrapadas dentro del estómago. Durante el ascenso, este aire se expande produciendo síntomas de intensidad variable:
- Leves. Sensación de plenitud o hinchazón.
- Moderados. Dolor abdominal y sensación de calambres.
- Graves. Fuerte dolor y perdida de conocimiento. En casos extremos se puede llegar a producir la rotura del estómago.
La prevención de estos problemas comienza con una correcta selección médica del buceador, evitando que realice actividades subacuáticas, cuando se padezcan enfermedades gastrointestinales, eliminar de la dieta los alimentos flatulentos, así como las bebidas con gas y mejorar la técnica de buceo evitando tragar gas, durante los buceo.
El tratamiento a seguir en estos casos es parar el ascenso antes de que el dolor se intensifique y descender nuevamente lo suficiente para que se alivie. Intentar eructar y expulsar el aire, teniendo en cuenta no forzar este intento, porque se podría tragar más aire. Por último, ascender lentamente.
Sobreexpansión pulmonar
Durante la inmersión (compresión), el individuo se somete a un aumento de la presión ambiental. El equipo de buceo, además de asegurar la respiración, envía la mezcla respiratoria a los pulmones del buceador a la misma presión que hay en el ambiente; de esta forma, la presión externa y la intratorácica quedan igualadas, sin que varíen apenas los volúmenes y capacidades pulmonares durante la inmersión.
Si durante el ascenso (descompresión) el buceador pierde el aporte de su equipo respiratorio (o se inunda su aparato respiratorio) e inicia un rápido ascenso a superficie (realizando el denominado "escape libre"), la reducción de la presión ambiental comportará, en virtud de la ley de Boyle, una paulatina expansión del volumen pulmonar que puede sobrepasar el límite de resistencia elástica (si aguanta la respiración en tales circunstancias), provocando su rotura, salvo que el individuo reaccione adecuadamente y mantenga una espiración continua y prolongada para eliminar el aire sobrante.
Esta sobrepresión también puede producirse durante un ascenso normal, si el buceador deja de respirar continuamente o no presta atención a su espiración. Si a un buceador le domina el pánico por alguna razón y busca la superficie, puede olvidarse de exhalar. También el estado de pánico puede producir un espasmo de los músculos de la garganta cerrando la glotis y dando lugar a una dilatación de los pulmones.
Teóricamente, este fenómeno puede ocurrir localmente si una zona de los pulmones llena de aire a presión, queda bloqueada durante el ascenso. El resultado de la sobreexpansión pulmonar es la rotura del tejido pulmonar, dejando escaparse el gas que contenía hacia alguna localización anormal, distinguiéndose las siguientes posibilidades, que pueden aparecer de forma individual o asociadas. Cuando se presenta una distensión o expansión de los pulmones pueden ocurrir los casos que se detallan a continuación.
Enfisema
Se llama enfisema a la existencia de aire bajo la piel o en el espacio central del tórax (mediastino). Se subdivide en los casos siguientes:
- Enfisema subcutáneo.
Aparece como una inflamación o hinchazón debida a la anormal presencia de aire en los tejidos bajo la piel, a menudo alrededor del cuello. Sus síntomas suelen ser: Hinchazón del cuello, crepitación bajo la piel al tacto, cambio en el tono de la voz y dificultad para respirar o tragar.
- Enfisema mediastínico.
Es el resultado de la penetración de aire en los tejidos que rodean al corazón y grandes vasos sanguíneos y vías respiratorias. Si el volumen y la presión del aire son lo suficientemente grandes, pueden presentarse síntomas graves.
Estos pueden ser: Cianosis de piel, labios o uñas; dificultad respiratoria; dificultad para tragar; sensación de plenitud o dolor retroesternal; síncope, shock e inconsciencia.
El tratamiento de estos casos de enfisema es la respiración de oxígeno al 100%, precisando, en ocasiones, recompresión en cámara hiperbárica
Neumotórax
Es el resultado de la entrada de aire a presión en la cavidad pleural (espacio existente entre los pulmones y la pared interna del tórax); tanto unos como otra están recubiertos por unas membranas denominadas pleuras, que constituyen una especie de bolsa cerrada. La entrada de aire a presión dentro de dicha bolsa, presenta grandes dificultades ya que no existe salida para el mismo, por lo que se requiere la rotura de la pleura visceral (la que rodea los pulmones).
Cuando la presión disminuye, al venirse el buceador a la superficie, el volumen de aire encerrado aumenta empujando al pulmón dañado y al corazón hacia el lado opuesto del tórax. El colapso pulmonar y el cambio de posición del corazón producen síntomas de shock y si son suficientemente graves, la muerte.
Entre los síntomas de neumotórax están: Dolor torácico unilateral; dificultad respiratoria, respiración entrecortada; limitación de movimientos en hemitórax afecto con tendencia a doblarse hacia dicho lado; cianosis de piel, labios o uñas; signos de shock.
El tratamiento del neumotórax consiste en sacar el aire, por medio de un aparato de succión o jeringa, perforando la cavidad torácica hasta la bolsa de aire, para proceder a su vaciado y conseguir así la reexpansión pulmonar.
Embolismo arterial gaseoso
Es la consecuencia más grave de la excesiva expansión del aire dentro de los pulmones y probablemente, la segunda causa de muerte más común en buceo autónomo. El enfisema no es raro pero, generalmente, no tiene gran importancia, mientras que el neumotórax es bastante raro en buceo, pero el embolismo arterial de gas puede ser mortal o de graves consecuencias y, por tanto, uno de los accidentes más importantes en buceo.
La rotura o desgarro pulmonar puede producirse cuando el gradiente de presión aire alveolar/ambiente es de 80 mm/Hg o superior, es decir, si los pulmones están completamente llenos de aire a presión, un ascenso de un metro o metro y medio aguantando la respiración, puede producir embolismo arterial gaseoso.
Un volumen mínimo de gas en los pulmones dará el máximo grado de seguridad durante el ascenso. En ese caso, la expansión de gas no producirá la rotura del pulmón si no se excede de su capacidad, con lo que no se llegará al punto máximo de su elasticidad. El método de ascenso libre con flotabilidad positiva que establece una espiración previa en el fondo y una exhalación continua durante el ascenso, casi elimina el peligro de sobreexpansión pulmonar.
Si los desgarros pulmonares han afectado las paredes de los vasos sanguíneos, el aire se introduce en la circulación en forma de burbujas. De allí son arrastradas a cavidades izquierdas del corazón y penetra en la circulación arterial sistémica, apareciendo los distintos síntomas de bloqueo circulatorio en cerebro, corazón, pulmones y demás órganos vitales. Algunos síntomas que podemos encontrar son: Alteración de la consciencia, alteraciones de la fuerza y/o sensibilidad, convulsiones, vértigo, dolor torácico, náuseas y vómitos, etc.
Estos síntomas de embolismo arterial gaseoso son los mismos de la enfermedad descompresiva. Sin embargo, se desarrollan mucho más rápidamente, los síntomas definitivos de embolismo arterial gaseoso suelen aparecer antes de los primeros 5-6 minutos tras emerger, o incluso antes de que la víctima alcance la superficie. Debido a la posición normal del buceador, cabeza arriba, frecuentemente las burbujas pasan a las arterias que suministran sangre al cerebro, ya que por diferencia de densidades, los gases buscan siempre el nivel más alto de un líquido. Cuando se priva de oxígeno a los tejidos del cerebro por un corto período de tiempo, mueren. Aproximadamente, solo es necesario la falta de oxígeno durante 5 a 7 minutos para producirse un daño permanente en el cerebro. También una cantidad suficiente de aire puede introducirse en las arterias del corazón o en el sistema circulatorio, obstruyéndolos y causando la muerte.
En principio, la enfermedad descompresiva y el embolismo arterial gaseoso son accidentes producidos por burbujas que invaden el torrente circulatorio bloqueándolo. Sin embargo, en la enfermedad descompresiva, las burbujas son debidas al nitrógeno (o a otros gases inertes) que se desprenden tumultuosamente de su disolución, como resultado de un decrecimiento en su presión parcial: Su proceso de formación no es debido a rotura de tejidos; por el contrario, en el embolismo arterial gaseoso las burbujas son de aire comprimido (u otra mezcla respirable) y son debidas a una sobreexpansión del tejido pulmonar que permite a este aire introducirse en los vasos sanguíneos. Para impedir esta sobreexpansión de los pulmones es esencial un ascenso lento y una respiración continua normal, mientras se esté bajo presión. La idea de la exhalación continua en los ascensos de emergencia, no sólo es necesario tenerla siempre presente, sino practicarla frecuentemente; por ejemplo, cuando se bucea a pulmón, con objeto de hacerla automáticamente incluso en situaciones apuradas.
La posibilidad de molestias debidas a bloqueos locales de ciertos sectores pulmonares, aunque no son frecuentes, se presentan en casos de buceadores con historial médico de asma o enfermedad pulmonar, por lo que es necesario privarlos de su aptitud. Esto, también se debe evitar bucear con enfermedades respiratorias.
En ocasiones podemos encontrar asociados los tres a la vez:
"ENFISEMA; NEUMOTÓRAX Y EMBOLIA ARTERIAL DE GAS"
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