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LA VISION BAJO EL AGUA
A pesar de que todos somos conscientes de que en el agua la visión cambia, muchos desconocen hasta dónde se produce este cambio y en qué influye.
Teniendo en cuenta la importancia de tener un perfecto control de la situación cuando nos encontramos en una inmersión, resulta fundamental que sepamos exactamente cuáles son los posibles cambios que pueden producirse en nuestra visión debajo del agua. En esta nueva sección tratamos de explicar un poco más sobre este tema.
- EL OJO HUMANO
- LA VISIÓN DEBAJO DEL AGUA
- FENÓMENOS VISUALES
EL OJO HUMANO
Lo primero que debemos saber sobre el ojo humano es que actúa de la misma manera e n que lo hace una cámara de fotos: las imágenes se proyectan de manera invertida en la superficie sensible de la retina, utilizando como sistema de enfoque la propia variación muscular de la fuerza de refracción por la lente contenida tras la córnea del cristalino.
Todo este mecanismo está preparado para la visión normal, a través del aire, pero ¿qué sucede cuando estamos en un medio que no nos es natural, como el agua? Cuando nos encontramos en una inmersión nuestro ojo se habrá convertido en hipermétrope, es decir, focaliza la imagen en un punto virtual detrás de la retina, lo que provoca una visión totalmente borrosa.
La hipermetropía es un defecto bastante habitual que se corrige a través del uso de lentes correctoras, pero debajo del agua será necesario aislar el ojo del contacto directo con la misma, para lo cual es preciso disponer de una cámara de aire, que hará los efectos de una lente. De ahí la importancia de disponer de unas buenas gafas, que además deberán tener un cristal totalmente plano, para evitar cualquier tipo de deformación de la imagen.
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LA VISIÓN DEBAJO DEL AGUA
Por todo lo que acabamos de señalar, el uso de unas buenas gafas o máscara submarina resulta imprescindible en cualquier inmersión, pero también debemos ser conscientes de que con ellas nuestro campo de visión queda muy reducido, sobre todo en los laterales. Esto influye, sin duda, en nuestra capacidad de percepción y por tanto de reacción; tratar de que el resto de los sentidos esté al 100% resulta, por tanto, imprescindible.
Para cualquier buceador resulta importante controlar los cambios cromáticos bajo el agua, éste campo ha sido largamente analizado con el fin de conseguir la mejor señalización submarina. Deberá tener en cuenta lo siguiente:
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Sin luz artificial: los colores fluorescentes son, sin duda, los más aconsejables. Destacando:
- Amarillo y el verde, para las grandes distancias (sobre todo si el agua es clara).
- Naranja: para distancias cortas.
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Con iluminación artificial: nos decantaremos por colores como el amarillo, naranja o blanco. Debemos tener en cuenta el efecto que produce la luz artificial sobre un objeto que se encuentre sumergido.
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En la superficie: una combinación de amarillo y negro resultará lo más efectivo para cualquier tipo de señalización.
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FENÓMENOS VISUALES
Bajo el agua los diferentes efectos visuales se perciben de distinta manera, aprenda a reconocerlos:
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REFRACCIÓN:
Nuestro diccionario describe el término Refractar de la siguiente forma: Hacer que cambie de dirección un rayo de luz u otra radiación electromagnética al pasar oblicuamente de un medio a otro de diferente velocidad de propagación. Durante la inmersión, podemos hablar de que se produce una doble refracción: en la superficie y en la fase que existe entre el agua que rodea al buzo y su máscara, en la que hay un mínimo volumen de aire.
Por este efecto, la imagen de cualquier objeto puede aparecer agrandada (aproximadamente un 33% más grande), pero también nos parecerá que se encuentra a unas ¾ partes de la distancia a la que realmente está.
Debido a la refracción, podemos pensar que los objetos que se encuentran próximos a nosotros están más cerca de lo que realmente se encuentran, lo que sin duda afecta a nuestra coordinación. Sin embargo, a distancias mayores el efecto puede invertirse, haciéndonos pensar que los objetos se encuentran a mucha mayor distancia de la real.
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DIFRACCIÓN:
esto es, "la desviación del rayo luminoso al rozar el borde de un cuerpo opaco". Este fenómeno sucede bajo el agua debido a que los fotones (componentes elementales energéticos de los rayos de luz) chocan contra partículas en suspensión en el agua, siendo desviados y reflactados de su trayectoria original.
El efecto que se produce es de una reducción del contraste entre el objeto y su fondo, lo que produce que en ocasiones determinados objetos de pequeño tamaño no resulten visibles al ojo humano debajo del agua cuando se encuentran a una corta distancia.
Este fenómeno será más acentuado cuanto más lejos se encuentre el objeto.
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ATENUACIÓN:
la falta de luz, sumada al efecto de difracción, reducen en gran medida la cantidad de luz disponible en el agua, tanto que la visión diurna será como mucho de 3 a 4 m. en las mejores condiciones de claridad de las aguas, mientras que si éstas están turbias, esta distancia caerá a menos de un metro.
En tierra, nuestros ojos son capaces de adaptarse a los diferentes niveles de luz durante una puesta de sol; pero en el agua y tras una rápida inmersión en la que se pasa de un ambiente iluminado po r el sol a un mundo submarino oscuro, el buceador podrá quedarse por un breve periodo de tiempo prácticamente ciego, necesitando un largo periodo (que podrá durar unos 30 minutos) para adaptarse. Sin duda la forma más fácil de adaptarse a la oscuridad es permanecer en ella durante media hora antes de la inmersión, de manera que el cambio no resulte tan brusco para nuestros ojos.
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ABSORCIÓN:
la luz es absorbida tras su paso por el agua y la mayor parte se pierde durante este proceso, al ir aumentando la profundidad. Esto se suma a la presencia de determinadas partículas disueltas en el agua (plancton, plantas, materia animal), que tienen capacidades de absorción específicas.
Todo esto provoca el cambio de apariencia de los colores en inmersión: por ejemplo, el rojo podrá parecernos negro. |
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