Según Michael O’Learly, las azafatas o aeromozos podrían sustituir al copiloto
“Su función es asegurarse de que el piloto no se duerma y se dé contra los controles”
La medida afectaría a los vuelos de corta distancia
Michael O'Leary, jefe de Ryanair y conocido por sus drásticas medidas de ahorro, seguramente vuelva a levantar revuelo en el sector tras afirmar que no son necesarios los copilotos en los aviones modernos porque "el ordenador se encarga ya prácticamente de todo".
O‘Learly ha declarado en una entrevista ofrecida al ‘Financial Times’ que “las aerolíneas se ahorrarían una fortuna” con la supresión de los copilotos. Asegura que en los trenes sólo hay un maquinista, pero también reconoce que si éste sufriese un ataque cardíaco podría producirse una colisión.
"En veinticinco años y tras unos diez millones de vuelos, sólo uno de nuestros pilotos sufrió en una ocasión un ataque cardíaco y consiguió aterrizar con el avión", afirmó.
De llevarse a cabo esta medida, O’Learly ha aclarado que afectaría sólo a los vuelos corta distancia, en los que asegura que las azafatas o los aeromozos podrían sustituir al copiloto.
Seguramente no sólo esta propuesta sea polémica, ya que el jefe de la aerolínea ha restado además importancia a la labor de los copilotos quienes, según él, se limitan a "asegurarse de que la persona al mando no se queda dormida y se da con la cabeza contra los controles".
Por otra parte, O'Leary explica en la entrevista que no está interesado en la compra de ninguna aerolínea de las existentes en el mercado aunque sí podría adquirir 200 Boeing, por un precio total de 15.000 millones de dólares, y hasta un total de 300 aparatos bien a Boeing o bien a su rival, Airbus.
Los planes de O’Learly suelen crear polémica. En febrero de 2009 anunció, por ejemplo, que podría cobrar por el uso del baño en los vuelos de bajo coste. También sorprendió al sector proponiendo un “impuesto por obesidad” o la posibilidad de viajar de pie en el avión. La compañía también ha creado polémica por cobrar asientos para instrumentos o por utilizar rostros famosos, como el de la Reina Sofía o el Presidente francés, Nicolás Sarkozy para sus anuncios publicitarios.