Tercer viaje a Maldivas y segundo al Maldivian Dream, con los famosos Marc y Marilén (fama bien merecida). En el barco cuatro franceses, dos madrileños, una vasca, dos gallegos, tres cántabros y ocho catalanes. De todo, vamos.
El inicio fue la única parte estresante. Aterrizamos a las 10,15 de la mañana, inmigración, maletas, Marc esperándonos y de camino para el barco en el dhoni de buceo ya montando los equipos. Al llegar, reparto de camarotes, briefing y al agua. Como era de esperar en estas circunstancias, desastre. Uno se dejó la máscara y con la prestada le entraba mucha agua, otra perdió una aleta por no ajustarla, otros no bajaban, bastante corriente.... Por muy bonito que fuera Banana Reef (el nombre ya seduce) pocos disfrutaron de la inmersión. Pero bueno, con la primera suele pasar eso: quitarse el óxido, ajustar equipo, peso.... Hubo consenso en cambiar la de la tarde por una nocturna otro día (como para decir que no a ese cambio) y todo arreglado con una buena comida y una larga siesta.
A partir de ahí solo disfrutar, y bien que lo hicimos. En las otras 17 inmersiones tuvimos mucho de todo. Tres estaciones de mantas (con 5, 8 y 20 mantas respectivamente), montones de tiburones puntas blancas y grises, muchos peces de todo tipo (yo personalmente encontré más vida que en las visitas anteriores), un breve avistamiento de dos martillos, un largo esnórkel con un tiburón ballena y dos breves encuentros buceando, bandadas de móbulas, morenas por doquier..... En fin, lo que esperas encontrarte en Maldivas pero multiplicado. A destacar las dos nocturnas, en el pecio de Fesdhoo y en el famoso Mayaa Thila (simplemente genial, con tiburones por todas partes). Como colofón el pecio Maldive Victory, esta vez con más corriente que la anterior.
Tanto al barco como a Marc y Marilén ya los conocíamos, por lo que no nos sorprendió el trato, la comida ni los detalles, como la cena en una isla desierta o la sesión de pesca nocturna a mano. También hicimos un par de visitas a islas de pescadores.
En suma, una fantástica semana de buceo que se puede resumir en lo que le dije a Marilén al despedirnos en el aeropuerto: "Adiós por segunda vez, que no por última".
Ya irán cayendo por aquí fotos y videos. Un saludo.