El ingeniero diseñador Kevin E. Schöpfer, fundador y propietario de la empresa
Schöpfer Yates LLC., ha presentado el “Oculus”, un superyate futurista con 12 lujosas suites, con velocidad de crucero de 30 nudos y un diseño inspirado en la morfología de los grandes peces. El gigantesco superyate que en la parte trasera parece una boca abierta, mide cien metros de largo y casi 25 de alto. Diseñado para cubrir grandes distancias, está impulsado por dos turbinas derivadas de las que se emplean en aviación, alimentadas por combustibles ecológicos.
La popa con forma de boca y las estructuras laterales tienen un sistema de cierre que, en caso de mala mar o a velocidad máxima, convierte las cubiertas en salones acristalados estancos, protegidos del viento y el agua. Se convierte así en una especie de ballena metálica que surca la superficie a alta velocidad.
El diseñador reconoce que un capricho de lujo en tiempos de crisis, pero augura una buena vida comercial para el “Oculus”, ante el éxito que ha tenido su primer prototipo. En el interior es como un hotel de lujo; cada suite es inmensa, con baño, vestidor, sauna, hidromasaje… Además, un Spa, salones, almacenes, y una rampa por la que se botan lanchas auxiliares, motos de agua , buceadores…
Necesita una tripulación mínima de 10 personas, que tienen sus camarotes individuales con baño, está dotado de la última tecnología en navegación y detección submarina, y de lo que nadie se atreve a hablar es de su precio que, según el diseñador,
“variará mucho en función del número de pedidos, pero no será un problema para el tipo de cliente al que va dirigido”.