Los científicos acaban de sacar a la luz 274 especies nuevas de las aguas australianas. A profundidades que alcanzan los 2.000 metros, los animales recién descubiertos son en su mayoría invertebrados bentónicos, es decir, que caminan sobre el fondo marino.
La escasez de luz en estos hábitats profundos es responsable del color albino de algunos de los especímenes, como la nueva especie catalogada de cangrejo Tricholpeltarion. Los hallazgos que se acaban de hacer públicos tuvieron lugar como consecuencia de varias inmersiones a la Reserva Marina de Huon, en Tasmania (Australia), en noviembre de 2006 y abril de 2007. Científicos de todo el mundo han contribuido en la labor taxonómica (identificación y catalogación en el árbol genealógico de las especies). La mayoría de los ejemplares extraídos viven en torno a montañas submarinas, equivalentes a las selvas tropicales terrestres debido a su enorme biodiversidad.
Esto hizo que la zona se convirtiera en la Reserva de Montañas Marinas de Tasmania en 1999, tras conocerse el gran poder destructivo de la pesca de arraste, que consiste en "peinar" todo el lecho marino para recoger algunos animales comercialmente valiosos y llevarse por delante toda la flora y fauna del fondo.
Las expediciones, realizadas por la Organización de Investigación Industrial y Científica de la Commonwealth (CSIRO, por sus siglas en inglés), de Australia, culminaron con la obtención de 418 especies de invertebrados de estas montañas submarinas y de las aguas profundas adyacentes. Entre las especies destacan corales, esponjas, crustáceos, estrellas de mar y moluscos. Un 66% (274 especies) resultó ser una novedad para la ciencia.
Pero lo que más llamó la atención de los biólogos marinos fue la abundancia de moluscos; algo totalmente "sorprendente" y que requerirá, según ellos, reescribir la historia de este tipo de fauna.
Las expediciones sirvieron para desvelar también la existencia de nuevas montañas submarinas. Estos relieves son remanentes de volcanes extintos que se levantan hasta unos 200 a 500 metros de altitud desde el lecho marino. El mapeo identificó un total de 123 montañas submarinas a una profundidad de entre 1.000 y 2.000 metros, de las cuales 80 eran desconocidas hasta ahora.